martes, 12 de agosto de 2014

50 cosas sobre mí

1# Me gusta casi toda la comida, lo pruebo todo.
2# Tengo 2 +2 hermanos.
3# Me llevo entre 14 y 16 años con mis hermanos pequeños
4# Cuando me obsesiono con algo, no paro hasta que lo consigo.
5# Me encantan las películas de superhéroes.
6# Desde que nació mi hijo sólo he ido al cine una vez.
7# Estoy enamorada de mi marido.
8# Tengo un sueldo de mier...... pero me encanta mi trabajo.
9# Renuncié a mi profesión anterior, en la que ganaba un pastizal, por estar con mi familia.
10# Me da vergüenza escuchar mi voz grabada, en vídeo o audio.
11# No tuve nada en común con mi madre hasta que yo misma me convertí en madre.
12# Soy muy impulsiva.
13# Me encanta La Laguna, pero odio su clima.
14# Vivo en un piso de 50 m2.
15# Siempre me compro la ropa en tiendas tipo H&M, Decathlon o Kiabi.
16# He tenido ortodoncia dos veces, pero por no ponerme la férula de por las noches, se me torcieron otra vez.
17# Estudié Náutcia y tardé 8 años en terminar la carrera.
18# Estuve de Erasmus en Alemania, aprendí alemán mientras estuve allí, y acto seguido lo olvidé.
19# Adoro el mar, pero ya no me gusta navegar.
20# Me gusta la playa, pero odio ir sola.
21# Sufro mucho con los anuncios de Nestlé y de Dodot.
22# No fui consciente de lo que suponía ser responsable hasta que no fui madre.
23# Me gustaría tener una casa con una huerta.
24# Tengo un perro que compré, no sabía cómo los criaban, y aunque no lo cambio por nada, me arrepiento de haber comprado y no adopotado.
25# Soy más de campo que las amapolas, me crié entre animales, cabras, cochinos, gallinas, conejos...
26# No me gusta la gente superficial.
27# No me gusta que me digan lo que tengo que hacer.
28# Adoro a mi abuela.
29# Tengo un umbral de dolor muy alto.
30# Quiero tener un parto natural, amamantar en tandem y hacer porteo doble.
31# Duermo con mi hijo desde que nació, lo metí conmigo en el hospital y ahí seguimos dos años después.
32# No soporto oír llorar a un bebé y que sus padres no lo cojan en brazos.
33# No me gusta la política, pero voy a votar siempre y  tengo ideología de izquierdas.
34# No soy golosa, me gusta más el saldado, prefiero un bocata de  jamón ibérico a un trozo de tarta.
35# Dije que jamás le pondría la tele a mi hijo. Ahora mismo está viendo Pocoyó.
36# Monté mi tienda para poder estar con mi hijo.
37# Paso mucho tiempo sola con mi hijo y mi perro.
38# Conocí a mi marido en mi trabajo anterior.
39# NO  quería casarme, pero hicimos una fiesta que se nos fue de las manos.
40# Hace tres años tuvimos un susto enorme que nos cambió la vida.
41# Desde que tengo la tienda he conocido a gente maravillosa, que ahora considero amigas.
42# Echo de menos a mis amigas de siempre, pero nunca nos llamamos.
43# Soy muy escandalosa, cuando me río se me oye a kilómetros.
44#  Soy muuuuuuy cabezota cuando creo que tengo la razón en algo, pero si me dan razones, cedo.
45# Cedo en casi todo cuando se trata de mi marido.
46# Echo mucho de menos a mi padre.
47# Tengo la mente inquieta, siempre estoy leyendo y buscando cosas en internet.
48# Soy una "talibana de la teta" y respeto a las que quieren biberón, pero no lo entiendo, y me molesta que me digan que es igual.
49# Necesito estar sola  al menos una hora al día.
50# Me encanta la Coca Cola, aunque se que es malísima para la salud.

viernes, 24 de enero de 2014

Carta a mi hijo. (SICB 2013)



Querido hijo, cuando todavía no habías llegado yo ya sabía que quería llevarte  cerca de mí, solo que no sabía cuánto... Cuánto de cerca y cuánto tiempo. 
Te escribo estas líneas para contarte lo que ha significado el porteo para mí, para que cuando seas mayor y leas esta carta sepas que tu madre te llevó en brazos siempre que lo necesitaste, te consoló siempre que lloraste.


Al principio, cuando naciste, te llevaba casi siempre en brazos, cuando salíamos a la calle te llevábamos en un carrito rojo y negro muy chulo, cuando llegábamos de vuelta siempre volvíamos contigo en brazos y el carro vacío.  Pero a los pocos días, me atreví a llevarte en el fular, poquito rato, un ratito en el carro, un ratito en el fular... Poco a poco nos fuimos haciendo con él y lo utilizábamos bajo cualquier excusa , tenías hipo: al fular, tenías hambre: al fular, tenías sueño: al fular...  Llorabas? Pues fular que te crió... y ya está... No había niño. Yo le decía a todo el mundo que mi trapito era mágico, y no me atrevía a salir a la calle sin él. 

Cuando tenías un mes, tu papá decidió que ya no aguantaba más lo de hacerse el nudo, así que buscamos una mochila que fuera adecuada para tu edad para que así papi te pudiera llevar, y seguimos  porteándote a diario, horas y horas, eras un bebé que nunca lloraba, te llevábamos con nosotros a todos lados, al Teide, a La Palma a ver a tu bisabuela, a ver a la abuela de la península, y siempre con un trapo (o varios) por si acaso. 

Después, cuando tenías un mes y medio me entró el gusanillo de probar con una bandolera, se vino una Sakura para casa, y ha sido uno de los portabebés que más hemos utilizado. Te encantaba porque te enganchabas a la teta y hasta parecía que te escondías para estar a solas con ella.  

Cuando llegó el invierno y papá se fue a trabajar nos tuvimos que quedar solos tú, Cooper, nuestro perro cuando eras pequeño, y yo. Fue entonces cuando empecé a portear por pura necesidad. Hacía frío y muchos días llovía, pero al perro había que sacarlo igual. La posibilidad de salir con el carro, el perro y bajar la basura al mismo tiempo quedó totalmente descartada. Al principio te sacaba con el fular y un abrigo enorme, solo se te veía la cabecita con un gorrito por encima de la cremallera, ahora lo pienso... Era Noviembre y tú solo tenías 3 meses... ¡Eras un ratoncito! Pero a esas alturas ya no cabías bien dentro del abrigo así que me hice con un cobertor de porteo de forro polar y chubasquero, era una maravilla, ibas  calentito y yo sabía que ibas super agustito, porque nada mas ponerte te quedabas dormido.

En casa, como no tenía a nadie que me ayudara y que te cogiera en brazos mientras yo hacía las cosas, te llevaba siempre encima. Mas adelante, cuando tenías unos 5 meses, me animé a ponerte en mi espalda,  en mochila y con fular tejido en nudo canguro. Madre del amor hermoso! Ese día se me abrió un mundo nuevo, tenía espacio libre delante de mí! A partir de ese momento empecé a disfrutar del porteo de una manera diferente, podía hacer más cosas sin descuidarte ni un solo momento, sabiendo que vivías feliz en mi espalda.

Todo ese tiempo que te llevé encima, hacía que yo quisiera compartir lo que yo sentía al llevarte tan cerca,  explicar a la gente que también tenía bebés, que era fantástico, que no dolía la espalda como ellos creían  . Quería que supieran lo bueno que era,  lo feliz que nos hacía a ambos nuestro eterno nexo. 

Así fue como decidí abrir nuestra tiendita, en la que te criaste, en la que creciste, donde aprendiste a caminar y a hablar, donde te escondías en las cajas de los pedidos y jugabas dentro, con muñecos de Ikea....donde jugabas con los niños que venían con sus papás, con los peques del grupo de lactancia, con Nena, con Valeria y con otros tantos niños que vendrían, donde creaste tu particular parque temático, donde creé para ti nuestro rincón, tuyo y mío, detrás del sofá, escondidos. 

A día de hoy, en el momento de escribir esta carta, cuando estás a punto de cumplir 14 meses puedo decir que el carro rara vez lo usamos, si estamos por ahí comiendo y te apetece echar la siesta...ha pasado a ser como el fular al principio, que lo llevábamos por si acaso.   Y sigo porteándote, he creado una portabebeteca, hay días que no se muy bien que portabebé utilizar de tantos que tengo,  pero siempre elijo uno, según mi estado de ánimo,  y siempre te llevo conmigo, bien cerca, a mi espalda, para que me sientas y puedas abrazarme, tocarme el pelo, darme pellizcos, todo lo que quieras. 

Ya ves hijo mío, que el porteo nos ha salvado la vida, nos ha hecho más independientes, ha hecho que aprendieras muchísimo, que mamaras durante mucho tiempo, que nos hiciera la vida mas fácil y en definitiva que seas un niño muy feliz.
Y así seguiremos... hasta que tú quieras...

Te querré siempre,

Mamá

viernes, 20 de diciembre de 2013

Huelga de porteo (Y una reflexión sobre la crianza respetuosa)

Mi hijo tiene 16 meses y hace 4 que empezó a caminar... y desde hace como un mes ya no quiere que lo lleve.
Para mí eso es horrible por varios motivos. Porque me estoy dando cuenta de que crece muy muy rápido, que anda y es bastante independiente. Porque yo quiero seguir llevándolo cerca de mí y el está pasando por su fase de descubrir el mundo desde el suelo. Porque está pasando por una época en la que solo me quiere para mamar y es prácticamente la única relación que tenemos,  aunque sé que es una etapa y que pasará...

Pero el otro día,  una lámina que vi por Facebook de la Dra. Rocío Martín-Gil Parra, de Consulta médica de lactancia, me hizo reflexionar. Mucho. Esta mañana se lo comentaba a mi marido mientras desayunábamos.




La semana pasada, intentando ponerme a mi hijo a la espalda, porque nos teníamos que ir del parque...casi se me cae al suelo!
Era sólo para ir del parque al coche, íbamos cargados con muchas cosas y no podía llevarlo de la mano ni tampoco en brazos. Necesitaba que se quedara quieto en mi espalda para poder ponérmelo en la mochila, pero no quería, de ninguna manera, pataleó, cabeceó y se dio la vuelta, tan enfadado que casi se me cae al suelo, lo agarré por los pantalones y faltó muy poco para que se fuera de cabeza. En ese momento hasta me reí, pero después valorando la situación me di cuenta de lo grave que era. Casi se hace daño por mi culpa.

Valorando el texto de la lámina, que es un ejemplo bastante extremista, pero muy bueno para poder reflexionar. Me dí cuenta que es tan grave obligar a una persona adulta a hacer una cosa que no quiere como lo es hacerlo con un niño, ya sea ir en el carro si él no quiere como obligarlo a ir en el portabebés.


La crianza respetuosa es eso, respetuosa, respetar los deseos del niño, acompañarlo conscientemente es su desarrollo, ayudarlo cuando lo necesita y valorarlo, no obligarlo a hacer una cosa que no quiere porque ordeno y mando, o porque me molesta...

Ojo, una cosa es respetuosa y otra la marina de Pancho Villa, o "soy una madre permisiva y le dejo hacer todo lo que le de la gana".
Si mi hijo quiere cruzar la calle por donde vienen coches él solo lo voy a dejar porque "hay que respetar sus deseos", si quiere beber del bote de la lejía, se lo voy a permitir "porque está experimentando".  Pues claro que no! Que hay gente que confunde churras con merinas y no distinguen.
En mi caso, los límites están donde peligre su integridad y esto es para  todo, su alimentación también entra. Y no, tampoco dejo que se acerque a la vitro mientras estamos friendo los huevos... para "integrarlo en la rutina".

He dejado de hacer cosas porque si las hago no puedo atender a mi hijo, cuando estoy sola se me hace bastante difícil salir a comer con amigas y poder charlar tranquila, así que he tomado la determinación de no hacerlo si no está el papi para ayudarme.

Pero a lo que iba, ¿qué hacemos cuando están en huelga de porteo?, pues en mi caso, y dándome cuenta, no doy el porteo por terminado, me lo tomo también como una etapa. Disfruto de los ratos en lo que quiere ir conmigo y también de los que no. Respeto su deseo, porque sé que no será la última vez que no quiera estar conmigo.

Pero... mientras escribo esta entrada... duerme en mi pecho, cerquita, en el fular...  y también disfruto...

Feliz semana. <3

viernes, 18 de octubre de 2013

Bizcochones y porta bebés

Me encantan los bizcochones. Veo cómo la gente se los come y no puedo evitar querer comerme uno.
Así que le pregunto a mi madre y me da la receta con las medidas exactas. Hacemos la receta juntas y  me sale genial.
Una semana después,  en mi casa, intento hacer el bizcochón pero no me acuerdo muy bien de como era la receta.
Tengo tres opciones:
- paso olímpicamente del bizcochón, paso de mi madre y dejo que los ingredientes que compré se estropeen sin usarlos. (O se los regalo a alguien que los aproveche más que yo)
- intento hacer el bizcochón muchas veces hasta que doy con la tecla y me sale perfecto.
- vuelvo a casa de mi madre, y le digo que me lo vuelva a explicar para poder hacerlo bien. Con la receta fresca en mi cabeza empiezo a hacerlo y a los tres días lo tengo controlado


Si te compras un portabebés debes tener claro que usarlo, es cuestión de práctica.  Si llegas a tu casa con tu portabebés nuevo, lo dejas en una bolsa y a la  semana te lo intentas poner y te queda un churro, no lo dejes pasar. 
Ven a que te lo vuelva a explicar las veces que necesites, no me voy a enfadar ni me voy a reír de ti, y además, tampoco te voy a cobrar. Lo que quiero es que lo utilices, le saques partido y obtengas todos los beneficios que tiene tanto para tu bebé como para ti.

Feliz semana... y disfruta de tu bizcochón y tu portabebés!!!!

martes, 10 de septiembre de 2013

Esos pequeños Murphys

Buenos días familias!
Hoy se nos han pegado las sábanas... pero mucho mucho mucho....

Me he desvelado hacia las 4 y media de la mañana, y ya no me he dormido hasta las 6 y pico, y todo el mundo sabe que cuando eres madre, a veces no te dejan domir tus hijos y a veces las preocupaciones.



He salido corriendo y he desayunado en la tienda, pero nada, ya era tarde, he abierto a las 10:15. Cuando me pasan estas cosas siempre llego mal, porque pienso que alguien puede haberse tomado la molestia de ir hasta mi negocio para que lo atienda y yo no estoy. Me parece una falta de respeto hacer esperar a otras persona, pero ya está, no hay remedio.



Estas cosas me hacen pensar en que el día que nació mi hijo dí a luz a un pequeño Murphy, sí, ese, el de la famosa ley, el de: "si algo tiene que salir mal, saldrá mar" y "si algo tiene que salir bien, seguramente, saldrá mal", vamos, que la tostada siempre cae por el lado de la mantequilla.




Es lo que me ha hecho plantearme, en este rato que llevo solita en la tienda (mi peque se ha quedado durmiendo con su padre), que hay gente que se enfada porque los peques van a "su bola" y la mayoría de las veces no hay nada que nosotros podamos hacer, porque ellos tienen sus propias leyes. El desarrollo es evolutivo, poco a poco se van regulando, y es normal y sano.  Os cuento algunas anécdotas "murphianas" de mi hijo.

- Los fines de semana se despierta a las 8:00, sobre todo el domingo, que es el día que no tenemos que trabajar, sin embargo entre semana no se levanta ni por una apuesta. Hoy, que a mí se me han pegado las sábanas, eran las 10:00 y seguía durmiendo.



- En casa usamos pañales de tela, a éstos se les puede poner un forro desechable para cuando hacen caquita, yo no lo pongo siempre, pero a veces sí. Calculo cuando va a hacer caca y le pongo el forro, pero el lo hace con el siguiente pañal, justo cuando a mí se me olvida.

- Cuando eres primeriza y tu bebé pequeño siempre sales a la calle con un supermegaultrabolso de maternidad, lleno hasta los topes con un montón de cosas que no necesitas... que si dos mudas de ropa, que si un termómetro, que si suero fisiológico... yo que sé.... pues el día que no llevas nada más que el pañal y las toallitas se te caga hasta el mismísimo pescuezo, con la consiguiente mancha en tooooooooda la ropa que lleva puesta. Estábamos en una gran superficie, así que, como medida de urgencia entramos a comprarle una muda de ropa.

Que no, que de aquí no va a salir un elefante, ni un cambiador del Ikea...

- No suelo hacerle comida especial para él, como mucha gente sabe hacemos BLW (para más información mirar este enlace Baby led weaning) pero cuando le hago potaje para él NUNCA se lo come, sin embargo cuando vamos a casa de amigos con bebés, y éstos tienen el potaje para su bebé, siempre se come el potaje del otro niño (ya, voy a tener que repasar mis dotes culinarias).


Así a bote pronto, no se me ocurre ninguna actuación murphiesca de mi hijo...
¿Y a ustedes? ¿Qué hay de esos pequeños Murphys?

Feliz semana.
Rebeca





jueves, 15 de agosto de 2013

Un año...

Hoy hace un año... desde que me convertí en vacanguro.
Vacanguro no es solo una tienda, es mi transformación, de escéptica a mamífera... (me tomo  la licencia de mi amiga Xana). Vacanguro nació el 15 de Agosto de 2012, el día que nació mi pequeño Hugo.

El día que nació Hugo entendí que no se puede tener más amor acumulado en 3 kilos y medio, que no se puede amar de esa manera salvaje y primaria a nadie en este mundo como a la propia carne...

Ha pasado un año de teta, brazos y dormir acurrucaditos. De sentir a mi hijo siempre cerca para aportarle lo mejor de mí. No he pasado un solo día separada de él, tres horas como mucho, y sufriendo porque necesitaba estar con él, porque se me llenaban los pechos de leche y necesitaba alimentarlo.

 Nadie, ni siquiera yo, apostaba porque sería este tipo de madre... este tipo de madre imperfecta... la que no da biberones de leche de fórmula por propia convicción, que duerme con él para no poderlo sacar de la cama hasta que vaya a la universidad, la que lo tiene "acostumbrado a los brazos" o lo lleva todo el día en mochila o en esos trapos de "hippies", la que le da la comida entera desde los 6 meses y no le hace purés, la que usa pañales de tela sabiendo que eso es un atraso y una incomodidad,  la que lo consuela cuando llora o se cae. Ese tipo de madre que va en contra de la cultura del desapego... pero bueno, una cosa está clara, en mi casa nos está yendo bien así y nuestro pequeño becerrín está activo y feliz.



Aunque en algunos aspectos mi vida a veces es un caos, me conformo con tener ciertas cosas "controladas". Como muchos sabéis, me paso la mayoría del tiempo sola, porque nuestra familia vive lejos, y mi marido trabaja fuera, así que tengo que llevar yo todo el peso, casa (aunque reconozco que soy una mierda de ama de casa), niño, tienda y perro (sí, también tengo perro), pero todo ese estrés me ha hecho sentir mejor madre, aunque mi casa no esté como la patena, creo que puedo con todo, y hasta ahora ha sido así. Me gustaría poder quedar con mis amigas de antes, y hablar de cosas que no sean tetas y portabebés, pero al final siempre acabo hablando de lo mismo.





Un año de feliz lactancia y porteo, un año de amor incondicional, un año de descubrir este maravilloso mundo de la maternidad, que tanto me ha aportado y me sigue aportando...  y que tanta paciencia me ha enseñado a tener... un año desde que mi unidad se convirtió en una verdadera familia.

Feliz cumpleaños, hijo mío. <3


viernes, 26 de julio de 2013

Capucha y cobertor de emergencia.

El otro día tuve un percance, se me quedó en casa la capucha de la mochila. Así que cuando iba a salir de la tienda con Hugo a la espalda se me quedó dormido. Horror!!! Y ahora como le sujeto la cabeza!
Miro a mi alrededor, miro dentro del bolso, miro en el mostrador... nada. Se me ha quedado en casa.

En mi desesperación porque no se despertara y porque tampoco estuviera con la cabeza dando botes se me ocurrió usar la bandolera a modo de capucha.

Me la encajé como si lo llevara a la espalda en la propia bandolera pero por fuera de la mochila. Tensé bien la costura que le da soporte a la cabeza y Voilá! una capucha improvisada :) 
Os aseguro que no se le movió la cabeza hasta que se despertó y no tenía marcas ni nada.

Después le puse los calcetines porque hacía un poco de fresco, y además, como iba en manga corta también fue un cobertor de emergencia. 
Y así tan contentos nos fuimos a llevar al perro a dar un paseo. 


Gracias por leerme y hasta pronto.